martes, 11 de noviembre de 2008

Una gran verdad


Hoy he vuelto a darme cuenta de lo mucho que mi hija echa de menos a su madre. Cuando estábamos en casa y ella ha empezado a preparar su ropa para mañana (como hace todos los días), le he gastado la broma de decirle que preparase su ropa (como dándole prisas) y ella se ha puesto a llorar, diciéndome que eso antes se lo hacía su madre y ahora tiene que hacerlo todo ella.

La verdad es que mi hija es genial, que ayuda en todo lo que puede y que es muy responsable y madura (con siete años); una vez más me tengo que rendir ante ella.

Espero que siga siendo así.

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